miércoles, 25 de septiembre de 2013

La chispa de la vida

DIRECTOR:Alex de la Iglesia
AÑO:2012
FRASE: "Todos somos Roberto"

En “La chispa de la vida” los personajes parecen mucho más cotidianos que en cualquier otra película de Alex de la Iglesia, tal vez porque se trata de una crítica a las posturas adoptadas por el gobierno Español ante la reciente crisis económica que golpeó brutalmente a la clase media.

Roberto es un publicista freelance (entiéndase desempleado), cuyo mayor logro fue el lema “la chispa de la vida” para una campaña Coca-Cola, pero ya no encuentra trabajo en ninguna parte, tiene encima una hipoteca y la educación de sus hijos. Decide presentar una entrevista en la firma Mckensie, en donde trabajan unos amigos de él, pero donde no tiene suerte. Luego de su frustrante reunión, va al hotel en el que pasó su luna de miel para hacer una reserva y así sorprender a su esposa, con tan mala suerte que ahora ese lugar es un museo que casualmente ese día es inaugurado; debido a la multitud, terminó en una parte que no es adecuada para el público y cae sobre unas vigas, aunque sobrevive, termina con una de ellas incrustada en el cerebro y no se puede mover, lo cual causa un gran revuelo y moviliza a todos los periodistas asistentes a la inauguración.

Casi toda la película Roberto yace con la viga incrustada, inmovilizado en la mitad de un antiguo teatro romano, con una sugestiva pose de crucificado, alimentando cualquier tipo de morbo sobre por qué está ahí. Como buen publicista, decide aprovechar el revuelo del accidente y explota su propia imagen, no importa lo que le sucede si consigue suficiente dinero para asegurarle el futuro a su familia.

La gente se identifica con él porque cree que su accidente es un intento de suicidio como consecuencia de la crisis, de eso quiere aprovecharse él y su manager buscará la forma de convertirlo en un mártir de la situación económica.

Esta película refleja a nuestra sociedad alimentada por los medios masivos y el morbo. No creo que sea gratuito que todo suceda en unas antiguas ruinas romanas convertidas en museo, que por el afán de transmitir la noticia son destruidas: los medios en masa sobre la cultura (¿?); tampoco creo que el hecho que todo se lleve a cabo en un teatro romano, no sea una sutil sugerencia acerca de como no estamos tan lejos del entretenimiento al mejor estilo del antiguo circo.

Por otro lado, tal vez mostrando el sentido de ética que valga rescatar de nuestra sociedad occidental (o tal vez que le haga falta), está la esposa de Roberto: ella, su apoyo constante,  solo busca que su marido sea rescatado y reciba un trato digno por parte de la prensa; con mucho esfuerzo lo logra con ayuda de una periodista que le hace la codiciada entrevista con la garantía que nunca será transmitida. Para esta mujer está por encima el amor y la integridad de su esposo que los millones de euros que cuestan sus últimas palabras.


Al final es comprensible que todos seamos Roberto, porque somos víctimas de un sistema que nos inmoviliza, nos somete y nos explota, y nosotros buscamos sacarle la mejor ventaja, así sea por la curiosidad que despierta el morbo. No obstante, también somos Roberto en la medida que algún soporte tendremos que nos ayude a tener,  al menos, algo de dignidad para entender que es lo realmente importante. 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

¿Y si vivimos todos juntos? (Et si on vivait tous ensemble?)


DIRECTOR: Stéphane Robelin
AÑO: 2011
FRASE: "Es más fácil golpear a los jóvenes"


Parafraseando a Homero Simpson, la vejez es como ser un niño pero con la edad suficiente para disfrutarlo, en consecuencia qué mejor idea que vivir con los amigos. A este grupo de ancianos los une una amistad de muchos años y la necesidad de acompañarse los últimos días de su vida.

Por un lado, está la pareja de Jeanne y Albert, ella preparándose para  morir y él llevando un diario para recordar cosas cotidianas como los vinos que se toma o hechos relevantes en un día ya que sufre de alzheimer.A ambos los une un amor y cariño profundo que sin importar lo que suceda los puede separar.

También están Annie y Jean, ella extrañando a sus nietos y buscando la forma de que vuelvan a visitarla, y él aburrido porque ya no puede ser parte de movimientos sociales como consecuencia de su edad.

Por último esta Claude, un fotógrafo que le encantan las mujeres y por eso busca prostitutas para fotografiarlas y acostarse con ellas. A pesar de haber sufrido un ataque cardiáco y tener un hijo que lo sobreprotege, él ve en el sexo y la sensualidad la forma de sentirse vivo.

Debido a los achaques de cada uno, todos empiezan a vivir en casa de Annie y Jean para compartir sus males y cuidarse mutuamente, por eso buscan ayuda extra en el muchacho que pasea al perro de Albert quien se encarga de algunas tareas de la casa y los toma como grupo de referencia para hacer su tesis de maestría. Al empezar a vivir juntos, se enteran de secretos del pasado, se cuidan y se aguantan entre ellos, y no  se permiten sentirse tristes y viejos. 

Volviendo a la referencia de Homero Simpson, empiezan a disfrutar la circunstancia en la que se encuentran: se dan cuenta que la vejez no es dejar de vivir, de amar, de llorar y de frustrarse, mucho menos cuando se cuenta con los amigos para hacerlo.